sábado, 23 de diciembre de 2017

Ruta 124: Marcha al Cerro San Pedro (21/12/17)

Documentación:

El Cerro de San Pedro, de 1425 metros de altura, es un pico de la Sierra de Guadarrama (Sistema Central) situado en el noroeste de la Comunidad de Madrid. Se trata de uno de los montes isla de la vertiente sur guadarrameña, expresión que alude a aquellas formaciones montañosas que se ubican aisladas con respecto a la alineación principal. Este pico es especialmente famoso por sus impresionantes vistas, dado que está aislado en una zona relativamente llana si la comparamos con las grandes elevaciones de la Sierra de Guadarrama, como son Peñalara o Cabezas de Hierro. Desde lo alto se puede observar, hacia el norte y oeste de la Sierra de Guadarrama, dentro de ella de la Cuerda Larga o la Sierra de la Morcuera, atravesada por el puerto del mismo nombre.
La situación de este cerro es bastante singular, tal y como lo narró Casiano del Prado, un pionero de la geología madrileña: «Al suroeste de las masas que acabo de describir se halla la del cerro de San Pedro, que es de gneis, situado entre Guadalix, Pedrezuela y Colmenar Viejo; y es notable, no ya por su altura, que es sólo de unos 750 metros sobre Madrid, sino por su aislamiento casi completo y por el pico que presenta su perfil por cualquier lado que se le mire».
Este cerro en verano toma un color completamente amarillento muy especial, dado que su vegetación es muy escasa. La formación es de origen pre-herciniano con gneis (roca metamórfica compuesta por los mismos minerales que el granito: cuarzo, feldespato y mica, pero con orientación definida en bandas) como principal componente. En el sur, en el término municipal de Colmenar Viejo, se encuentra la Dehesa de Navalvillar, espacio protegido por el propio ayuntamiento, cuyos suelos tienen por origen la erosión del gneis del cerro y le confieren una gran riqueza de pasto comparada con los suelos de origen granítico.

                                                                (Información extraída de Wikipedia)


PARTICIPANTES: 23
DISTANCIA:         4'300 kilómetros
DESNIVEL:           400 metros
DURACIÓN:          2 horas 15 minutos





Crónica:

En esta marcha de Navidad se hace una ruta corta aunque algo exigente, pues en la combinación de distancia-desnivel, son poco más de dos kilómetros para unos cuatrocientos metros de subida, hace que en algún momento el porcentaje de remonte sea alto, ese mismo desnivel con más distancia puede ser menos costoso en esfuerzo.
Se empieza teniendo que superar una pequeña valla, no hay que dar un triple mortal, ni aventurarse a saltar sin red, pero si hay que asegurarse para no correr riesgo de caer. Desde la cima, el sol parece que se va moviendo como un foco luminoso, siguiendo a los caminantes, para no perderse detalle de sus visitantes, que van a acompañarle durante un espacio de tiempo.
La subida se va haciendo al "tran, tran" quien puede menos por quien puede más, cada cual a su ritmo, nadie se va a quedar atrás porque, aunque no se llegue arriba, se ha intentado y eso es de valorar. Una vez que se ha llegado a la cima, y firmado en el libro de visitas, se está atento, a sus vistas, a sus cielos, se toma aire, despacio, de forma profunda, llenando el pulmón, para después soltarlo y que vuele, que se pasee, al encuentro de algún aroma cercano o a fundirse en un abrazo con el viento.
Desde esta altura y girando poco a poco, dando la vuelta, Madrid se deja ver algo timorata, pues dice que no se le ha dado tiempo a ponerse guapa, La Pedriza parece como cobijada por La Cuerda Larga, ¡vaya, que está encantada! y La Cabrera, hermana apartada de Guadarrama, no por ello se enfada, sino que se dice aquí estoy yo y, para dulce, el Pico de la Miel, a ver quién me gana.
En este trabajo, de pura Naturaleza, hay control de presencia, hay que fichar, el día lo ha hecho, como bueno, con sol, sin lluvia, sin truenos, con un azul cielo, con un consejo, guarda de esta visita una imagen, si no de ensueño, sí del mejor reconocimiento.
Tanto subiendo como bajando el grupo va disperso, a distancia y como hormiguitas de color, se le ve avanzar, el camino a veces echa una mano, después de una subida viene un pequeño llano, después de una bajada, dice voy a sujetarte, dame la mano.
Y sin más problema que algún necesario esfuerzo, se vuelve al inicio, al punto de partida, el trayecto ha sido corto, el tiempo breve, pero hoy es una excepción, hoy hay comida colectiva, de buena parte del grupo, comida de Navidad en la localidad de Guadalix, allí se da cita otra parte del grupo, que no ha podido asistir a la marcha, pero que también quiere celebrar con sus habituales compañeros esta festividad.


                                                                                              Tino


Pequeño álbum de fotos:


Valla de acceso al Cerro












Vértice geodésico Cerro San Pedro















Caja con el cuaderno de visitas
















Pequeño Belén








Inscripción hecha con piedras











domingo, 17 de diciembre de 2017

Ruta 123: Marcha al Embalse del Chiquillo - La Barranca (14/12/17)

Documentación:

El Valle de la Barranca es un valle de montaña situado a las faldas de la Bola del Mundo y La Maliciosa, en la Sierra de Guadarrama. Administrativamente está dentro de los términos municipales de Navacerrada y Becerril de la Sierra, Comunidad de Madrid. En él hay un espeso bosque de pino silvestre por el que discurre un río de montaña, el Samburiel -afluente del río Manzanares- remansado en dos pequeñas presas, y que desemboca en el Embalse de Navacerrada.
Se accede al valle de la Barranca desde la carretera autonómica M-607, poco después de la rotonda de entrada a la población de Navacerrada. Casi al final de la carretera del acceso se encuentran las ruinas del Hospital del Santo Ángel, abandonado desde hace unas dos décadas, que fue construido en 1941 como Sanatorio para el tratamiento de la Tuberculosis. Con el avance de la medicina, se fue haciendo innecesario este tipo de hospitales para el tratamiento de la mencionada enfermedad, por lo que pasó a ser un centro psiquiátrico hasta 1995 que cesó su actividad. Desde entonces, por su estado de abandono, se ha ido cargando de leyendas e historias de misterios. Continuando por esta carretera, junto al primer embalse, existe un aparcamiento de vehículos y el hotel La Barranca. Desde este hotel sale una pista forestal no asfaltada que asciende hasta la carretera M-601 -la que lleva al Puerto de Navacerrada- y que pasa por la Fuente de la Campanilla.
Como curiosidad, la carretera de acceso fue asfaltada en 1982, con motivo del Mundial de fútbol para facilitar el acceso a los futbolistas de la selección francesa que se alojaban en el Hotel La Barranca.

                                                                 (Información extraída de Wikipedia )






ASISTENTES:      19
DISTANCIA:         12´500 kilómetros
DESNIVEL:           550 metros
DURACIÓN:         3 horas 40 minutos



Cómo llegar


Track de la ruta


Crónica:

Una mañana ya con tintes de invierno, va diseñando su escenario para la ocasión, de esta manera hay unas nubes, algo perezosas, que poco a poco se detienen en su caminar, para ir como abrazándose a la parte alta del Yelmo, no queda claro, pero semejaba que para recibir su calor, pareciendo también ir repartiendo los buenos días a su alrededor. Mientras enfrente otras nubes, de abajo hacia arriba, como el humo blanco de una hoguera, asemejan extender los brazos, a modo de bailarina de ballet, hacia el cielo, alzándose también con la elegancia de la ingravidez. Un visillo de niebla parecía querer ocultar este y algo más del paisaje, dando la impresión de intentar quedárselo sin compartirlo con nadie pero, probablemente, después de haberlo recapacitado, se fue disolviendo, sin prisas, dando la sensación de hacerlo a regañadientes, pero al final complaciente.
Diecinueve caminantes en este día, participando de esas condiciones y de unos presagios poco halagüeños de lluvia y viento, comienzan su marcha de los jueves, los hay más antiguos, también los que empiezan esta pequeña aventura de juntarse al principio de un camino y recorrerlo, sobre piedras o sobre la nieve, haga frío o haga calor. Los primeros pasos son por una pista de tierra en pequeña subida, como para ir cogiendo el tono necesario en toda marcha. Decir que cuando se camina por pista es más cómodo que por senda o sendero pero, igualmente, conviene prestar atención a los cruces y desvíos que se van encontrando, es fácil tomar la incorrecta y lo que puede haber delante pueden ser kilómetros y más kilómetros, que van adentrándose por la montaña sin una meta definida y sin ningún tipo de referencia (p.e.: marcas de ruta o hitos de piedras, auténticos lazarillos que llevan de la mano por el mejor camino).
A diferencia de los precios, que cuando suben difícilmente vuelven a bajar, en esta marcha pronto se empieza un notable descenso, de en torno a un kilómetro y que, girando a la izquierda por otra pista, el grupo se encamina hacia el embalse del Chiquillo, particular nombre que le viene del arroyo que lo alimenta en descenso desde la montaña más próxima. En el mismo sitio también está la fuente de igual nombre, jocosamente se diría que está la familia al completo. 
Acaba la visita se va hacia la carretera que sube a los aparcamientos de La Barranca, dejando a la izquierda el hospital abandonado, atravesando la carretera y siguiendo la PR-17 (ruta de Pequeño Recorrido) se llega hasta la pista que sube hacia el Mirador de Las Canchas y que, una vez superada la zona de ocio para moverse por las alturas de los pinos, se abandona al coger la Senda Ortiz, punto este en el que se hizo el descanso para tomar el bocadillo. Transitando por esta senda se evoca ese andar tranquilo y atractivo por caminos gratificantes en su avance y por sus frecuentes paisajes que hay al alcance de la vista.
Una vez superada esta senda se vuelve de nuevo a la pista del principio, atravesando la explanada del antiguo Hospital de Tuberculosos de Navacerrada (hoy día desaparecido y en el que se rodó la película La noche de Walpurgis, interpretada por el actor español Jacinto Molina Álvarez artísticamente conocido como Paul Naschy), para en suave y continuado descenso, dar por finalizada una marcha más y en la que no hubo el mínimo contratiempo climatológico, por escaso margen horario, pues a poco de finalizar se cumplieron los pronósticos ya indicados.



                                                                                                                             Tino



Pequeño álbum de fotos:



Arroyo del Chiquillo



Embalse del Chiquillo











Fuente del Chiquillo





Senda Ortiz nevada








domingo, 10 de diciembre de 2017

Ruta 122: El Atazar - Cabeza Antón - El Atazar (07/12/17)

Documentación:

No se sabe con certeza el origen del nombre, antiguamente era "Latazar", como se menciona en el Libro de la Montería de Alfonso XI. Se atribuye una raíz celto-germánica e incluso vasca, aunque la mayoría se inclina por una procedencia árabe. El gentilicio para sus habitantes es "atazareño". Es posible que El Atazar se haya formado en un campamento de origen árabe, en el siglo XII. En el término fue encontrada una de las torres de vigías de la red de atalayas de la marca media antemural.
En el año 1083 fue reconquistado Buitrago del Lozoya por Alfonso VI y 13 años después también El Atazar, que seguramente fueran tan solo cabañas. En 1368 pasó a formar parte del señorío de Buitrago, y en 1490 se alzó con el título de villa, gracias a don Íñigo López de Mendoza, al parecer se hizo con el título de villa porque se encontraba lejos y aislada. En el siglo XVII El Atazar prosperó mucho, alcanzó los 212 habitantes, su mayor cifra. Se vivía de la agricultura y ganadería básicamente, a mediados del siglo XX, la mayor parte de la población abandonó El Atazar, después de la guerra civil, aunque en los últimos años el turismo amante de la naturaleza ha atraído muchos de turistas, los fines de semana o vacaciones. Ya en el año 1833, al igual que muchísimos otros pueblos, pasó a formar parte de la provincia de Madrid, ya que antes formaba parte de la provincia de Guadalajara.
El gran atractivo del municipio es el embalse del Atazar, el más grande de toda la Comunidad de Madrid. Fue construido en 1972 y su capacidad es un 45% de todo el abastecimiento de la Comunidad de Madrid. El embalse del Atazar dejó completamente incomunicada la localidad, porque pasó sobre la antigua carretera que unía el Atazar con Cervera de Buitrago, ahora pasa por encima de la presa la carretera hacia El Berrueco y Torrelaguna.
La Iglesia de Santa Catalina se encuentra en la plaza de la Constitución, está hecha con mampostería de pizarra, es barroca, y construida en el siglo XVII, aunque el presbiterio es del siglo XVI. El núcleo urbano se asienta en una ladera de una montaña. Las construcciones están dedicadas básicamente a uso mixto residencial-agropecuario, con corrales o cuadras adosadas a las viviendas. El parque de las Eras, solado con lanchas de pizarra, tiene un mirador hacia el embalse y las montañas, cuyas cimas superan los 1300 metros, y en el que el visitante puede dar un agradable paseo

                                                        (Información extraída de Wikipedia)


  
ASISTENTES:      13
DISTANCIA:         10'500 kilómetros
DESNIVEL:           525 metros
DURACIÓN:          4 horas 15 minutos





Crónica:

De camino hacia el pueblo del Atazar, desde la altura de la carretera, se percibe como una fusión en el paisaje, del nivel del pantano con las montañas cercanas, las nubes algo plomizas, pues amaneció un día con tonos grises, se reflejaban tímidamente entre las unas y el otro, como queriéndose hacer un hueco para salir también en la foto. Esa vista, medio aérea hasta que se desciende a ras de suelo, se asemeja a un vuelo de ave casi rasante, de poca altura, para no perderse detalle.
Ya en el pueblo, todos juntos más un perrillo que se sumó al grupo, emprenden camino hacia un sendero inicial que, ladeando una montaña de vegetación baja, la serpentea suavemente, la remonta con algún desnivel más acusado y que, pasados unos dos kilómetros, confluye en una pista más ancha para pesarla la responsabilidad de cuidar y acompañar a sus viajeros. Ésta, dispuesta a no defraudar, proporciona un fácil caminar, un paisaje como de ajuar de boda, elegante, hermoso, a veces casi de ensueño, en su muestrario estaban montañas lo mismo sencillas de remontar que algo más apuestas, lo mismo  aisladas que hermanadas en hilera.
Todos casi juntos, van caminando, imaginando, disfrutando de una mañana, algo perezosa, pues se debió trasponer dejando un hueco de penumbra que, aunque paciente, debió ir a corregir este despiste para que, ahora sí, poco a poco, se fueran encendiendo los focos diseminando una claridad que, ante todo, empezó a hacer desfilar en el horizonte el paisaje que faltaba por ver y conseguir, ya, que se completase una vista de la naturaleza que se podía confundir entre lo fantástico y lo real.
Mientras tanto, Canelo -nombre ficticio, su pelaje era de esta tonalidad- el perrillo que se sumó al grupo, iba y volvía, desaparecía y aparecía, lo mismo lideraba que cerraba el grupo, solamente paró en el momento del bocadillo, en Cabeza Antón altura máxima que se hizo en la marcha, dejándose caer entre unos y otros, excepto entre los que solo tomaban fruta, para ver qué podía degustar. Desde esta altura, aunque no por sus metros de desnivel (unos 1400m), pero sí por su proximidad al punto exacto de un anfiteatro panorámico, se aprovecha para ir mirando todo lo que ofrecía como estímulo paisajístico. Foto de grupo, fotos individuales, casi, casi...foto a la propia foto,
De nuevo en el camino, ahora ya en descenso, por sendero que irá acercando al pueblo aunque, bueno, no del todo, por lo que hubo, primero que tomar otro de la familia y, después, despedirse de este segundo también y hacer una pequeña travesía por vegetación, no muy alta y que, gentilmente, iba dejando huecos para poder transitar eso sí, avisando de que no se la pisara, lo que se cumplió con agradecimiento.
Último tramo del recorrido, el pueblo a la vista, parecía como con una expresión de "a ver si os aclaráis ya, ahora por aquí, después por allá" en realidad, lo que hacía era felicitar a todos por su labor de acuerdo y participación en el empeño de haber pasado una mañana de ejercicio, compañía y disfrute, y que esperaba otra futura visita pues aún quedaba mucho por ver. De regreso a casa, antes se hace una parada técnica en un restaurante de buen precio y mejor menú.


                                                                                                                           Tino

Pequeño álbum de fotos:






























domingo, 3 de diciembre de 2017

Ruta 121: Hoyo Manzanares-Peñaliendre-Covacho-Hoyo Manzanares (30/11/17)

Documentación:

El municipio de Hoyo de Manzanares se encuentra dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, fue creado por la Comunidad de Madrid en 1985 Este espacio es Reserva de la Biosfera desde el 15 de febrero de 1993, y está catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria en cumplimiento de la Directiva de Hábitats. Existen pruebas de ocupación antigua, como una necrópolis probablemente visigoda, el denominado Yacimiento arqueológico de La Cabilda.
Tras la reconquista, la repoblación de Hoyo de Manzanares se efectuó con moros granadinos y cristianos palentinos y navarros. Esta reconquista (siglo XIII) supone probablemente el origen reciente de Hoyo de Manzanares. Hacia 1247 Hoyo de Manzanares estaba poblado por ganaderos segovianos. Debido a los continuos enfrentamientos entre segovianos y madrileños, el rey Alfonso X El Sabio incorporó toda la comarca a la corona, con lo cual dio al Real de Manzanares un carácter señorial y de realengo a esta comarca.
En cuanto al nombre del municipio hay que decir que en sus orígenes se conocía el municipio como El Oyo de Manzanares. Pasado los años, alrededor del 1787 la localidad aparecía con el nombre de "El Hoyo de Manzanares” incorporando ya la “h”, en estos momentos ya tenía la categoría de Villa. El origen de este topónimo, como el de otros “hoyos” u “ojos” puede estar relacionado con el término árabe ‘’aaiun’’ que significa “ojos” y, de modo simbólico, fuentes o manantiales, que tan abundantes son en el término municipal.
En el siglo XV, Hoyo de Manzanares queda integrado en los bosques y montes de El Pardo como vedado de caza, hecho que supuso una reducción de la actividad ganadera y agrícola, actividades económicas principales de la época.
En el periodo que comprenden los siglos XVI al XVIII se vuelve a producir un vacío documental, ya que los archivos existentes son destruidos en su mayor parte, al invadir Madrid las tropas de Carlos de Austria, ocupando y saqueando los pueblos de la Sierra.
Durante el siglo XVIII el transporte de la leña y el granito producidos en Hoyo de Manzanares con destino a Madrid, constituía su actividad económica por excelencia.
Por último, en el siglo XX, a partir de 1947, la población experimenta un notable crecimiento, debido en parte al asentamiento, en el municipio, de la Academia Militar de Ingenieros del Ejército de Tierra y la Escuela Militar de defensa NBQ así como el campo de tiro 'El Palancar' que ocupa buena parte de la Sierra de Hoyo. Dentro del recinto militar se llevaron a cabo las últimas ejecuciones del franquismo.
En el edificio que hoy forma parte de las escuelas municipales se estableció también un hospital destinado a enfermedades respiratorias. En lo que el terreno económico se refiere, las tradicionales actividades de cantería desaparecen, debido a la prohibición de extraer piedra impuesta por el Parque Regional y en la actualidad depende fundamentalmente del sector servicios.
En el término municipal de Hoyo de Manzanares existen unos antiguos decorados de cine, donde se rodaron, en las décadas de los sesenta y setenta, numerosas películas, principalmente spaghetti westerns (entre ellos, Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio, El bueno, el feo y el malo y otras menos conocidas). En la finca de El Pendolero, el director de cine Carlos Saura situó la acción de dos de sus filmes más conocidos, Ana y los lobos (1972) y su continuación Mamá cumple cien años (1979). Algunas secuencias de Los 2 lados de la cama también tienen como escenario el casco urbano de Hoyo de Manzanares

La Cascada o Chorrera del Covacho, en la Sierra de Hoyo de Manzanares, es un salto de agua producido por las aguas del Arroyo de Peña Herrera, estando también por esta zona los Arroyos del Cuchillar y de Peregrinos. No muy lejos de la cascada están el Cerro de la Lechuza, y, la loma de Peñaliendre con el Mirador del mismo nombre desde el que se pueden contemplar estupendas vistas.

Información extraída de Wikipedia y www.senderismomadrid.es


ASISTENTES:     22
DISTANCIA:        12´300 kilómetros
DESNIVEL:          450 metros
DURACIÓN:         4 horas 30 minutos





Crónica:

El frío de la mañana saluda a los caminantes y, con todo el respeto, les pide que, solo por un par de horas, se pongan gorro y guantes, que ya va siendo su hora, sí, que llega con algo de demora, pero que se le vaya dejando trabajar, que nunca es tarde...vaya, que a ver si ahora también se va a tener que justificar.
Habiendo cumplido, también del mejor grado, este sabio y acertado consejo, se comienza una marcha al principio por pista, después por senda, para estrecharse en senderito y, afinando más, por tramos más próximos a callejón que a la típica ruta de montaña, que se hace con entrega y pasión. Como es zona de rocas y bastante vegetación, se procura pisar donde no tropezarse y oler el perfume a naturaleza hasta saciarse. Al marchar en paralelo a una pequeña hilera de montañas, parece como que se va saboreando más el motivo de andar al aire libre, de dejar correr y remontar sobre esas pequeñas cimas, los pensamientos, las sensaciones, también alguna preocupación que, al dejarla libre puede que decida quedarse por allí y liberar a su porteador.
Un poco antes del plazo marcado por el sol, para comenzar a dar calor, se llega al mirador de Peñaliendre, en pequeña altura pero con grandes deseos de agradar a toda la gente. Unos cuantos metros antes se han quedado unos pocos para adentrarse, sin ningún riesgo, al cerro del mismo nombre que el mirador, bueno, en rigor es el mirador quien recibe ese nombre de dicho cerro. También hubo otros pocos que, más aventureros, hacen alguna pequeña trepada, no hasta las proximidades del cielo, pero sí alejándose bastante del suelo.
Hechas las visitas y tomado el bocadillo juntos ya todos, se llega a la Cascada del Covacho que, si en primavera con el deshielo llega a verter agua en abundancia, ahora todo lo que tiene es un pequeño charco como testimonio del agua caída en días anteriores. Foto de grupo, una pequeña inspección de la zona y regreso al punto de inicio para, como es habitual, repartirse en los que regresan a sus casas, los que vuelven a la universidad y los que se quedan a comer en algún pueblo próximo a la gran ciudad.


                                                                                                                                                  Tino


Pequeño álbum de fotos: